COMEDORES COMPULSIVOS ANÓNIMOS - CCA
OVEREATERS ANONYMOUS - OA
CARTA AL PROFESIONAL
Estimado profesional:
Gracias por su interés en Comedores Compulsivos Anónimos (CCA). Este
es un programa de recuperación de Doce Pasos para comedores compulsivos. CCA es una
asociación de auto-ayuda y sin ánimo de lucro, con el mismo sistema que
utiliza Alcohólicos Anónimos. Ofrece recuperación física,
emocional y espiritual de la enfermedad de comer compulsivamente.
El programa de CCA está abierto a cualquier persona con un desorden alimenticio o
un problema de peso. El único requisito para ser miembro es el deseo de dejar de
comer compulsivamente. No hay honorarios ni cuotas para ser miembro, ni hay que pesarse en
grupo. Nos mantenemos con las contribuciones voluntarias de los miembros. CCA no
está afiliada a ninguna otra organización o institución y no compite
con tratamientos profesionales o programas de pérdida de peso. Los miembros de CCA
no son expertos en obesidad, desórdenes alimenticios o nutrición.
En Costa Rica, tenemos reuniones en Santa Ana (Lunes y Jueves), San Antonio de
Belén (Sabados) y Barrio Don Bosco en San Jose (Jueves). En Costa Rica,
puede escribirnos a info@ccacostarica.org o
localizarnos a los teléfonos: (506)2203-3439. Con gusto le brindaremos mayor
información acerca de nuestro programa.
De nuevo, gracias por su interés.
INTERGRUPO COSTA RICA
COMEDORES COMPULSIVOS ANÓNIMOS
EXPERIENCIA DE UNA PROFESIONAL EN MEDICINA:
A pesar de ser médica familiar y saber las cosas, era una comedora compulsiva fuera
de control hasta cuatro días después de mi cumpleaños 33º.
Tenía 60 libras de sobrepeso. Había tratado el ejercicio y los clubes de
dieta comerciales durante años, encontrando el ejercicio más efectivo, pero
el peso siempre regresaba. Para cuando busqué Comedores Compulsivos Anónimos
en Internet, me había diagnosticado como una adicta a la comida.
No
sabía cómo sería un programa de Doce Pasos. De camino a mi primera
reunión salí de casa llenándome de una triple dosis de comida que ya
no consumo. Aunque no sabía lo que encontraría en CCA, sabía que era
para mí: una persona en proceso de admitir que era impotente ante la comida y que
su vida se había vuelto ingobernable.
Mostraba señales físicas de la enfermedad aunque no estaba terriblemente
obesa. Me habían quitado la vesícula biliar a la edad de 29 años y
tenía dificultad para respirar y dormir. Mis doctores me diagnosticaron
depresión grave.
Era ama de casa, pero ahora veo esa
elección como un deseo de estar con mi droga, la comida. Mi autoestima era baja, y
no me sentía con ánimos de trabajar como doctora, a pesar de que me fue bien
en mis estudios.
Despertaba cada mañana odiando la
vida, incapaz de comprender la palabra serenidad. CCA es un milagro porque ahora amo la
vida, a la gente y a mí misma y me siento en paz la mayor parte del tiempo. Me
mudé a una casa nueva en un barrio nuevo, hice muchos amigos dentro y fuera
de CCA y perdí 60 libras. Mi esposo y yo acabamos de abrir juntos un
consultorio.
Creo que CCA funcionó para mí porque el programa trata a la comida como una
adicción, o al menos como una compulsión. Soy como un alcohólico.
Siempre tendré un deseo anormal de comer. La única forma en que me puedo
recuperar es por medio de una experiencia espiritual y debo seguir regresando a CCA y
hacer las cosas que me llevaron a perder mi peso.
Uso todas las herramientas de CCA: reuniones, apadrinamiento, servicio, escritura,
literatura, el teléfono y un plan de comida. El plan de comida es solo parte de
nuestro programa; sin los Doce Pasos creo que no habría logrado mi maravillosa
recuperación de esta enfermedad. La mayoría del tiempo no lucho contra los
antojos. ¡Ya no los tengo!
Si usted es un profesional y trabaja con
personas que todavía están luchando con la comida, por favor
refiéralos a CCA. Creo que mucha gente puede ser adicta a la comida. Si alguien
trata de perder peso y no puede lograrlo sola, esa persona puede ser un comedor
compulsivo. Yo solía entrar a las cafeterías pensando: “sólo
pediré un café, solo pediré un café.” Mientras me
acercaba al mostrador, mi compulsión tomaba el control: “Hola, voy a querer
unas galletas cubiertas de chocolate.” Nunca olvidaré la noche antes de ir a
una reunión de CCA cuando solo ordené café. Nunca hubiera podido
hacerlo yo sola. Un poder más grande que yo, un Poder Superior, me
ayudó.
Este Poder Superior es la fuente de los cambios en mí desde que encontré CCA
hace dos años. Soy una mejor persona ahora. Mis relaciones con los demás son
mejores. Antes de CCA yo era pesimista. ¡Ahora la gente me describe como un
optimista! Solía sentirme feliz cuando algo bueno pasaba, y deprimida cuando algo
malo pasaba; era como una montaña rusa. Ahora camino más, me preocupo menos
y tengo más paz.
Encuentro gran gozo al compartir mi
experiencia en CCA con cualquiera que pregunte, incluidos mis pacientes. A menudo les
muestro una foto de mí cuando era obesa para que no piensen que una doctora flaca,
que no sabe nada de sus luchas con la comida, les está diciendo cómo perder
peso.
Mis pacientes obesos están dentro de dos categorías. Los del primer grupo
están en la negación y no han hecho su primer Paso. Intentan convencerme de
que es un misterio el porqué están obesos, como si el aire tuviera
calorías. “Realmente no como mucho,” insisten.
Los pacientes en el segundo grupo admiten que se sienten como alcohólicos con la
comida y que no pueden detenerse. Ayer, un paciente me dijo que sabía que si se
hiciera “la operación”, ganaría todo el peso de nuevo. Es al
segundo grupo al que refiero a CCA. Para aquéllos que están listos, CCA
está listo para darles la bienvenida. Yo sé que hay miembros de CCA que han
sido capaces de quitarse todos sus medicamentos para la diabetes, el colesterol alto y la
hipertensión.
Estoy agradecida de trabajar en una profesión donde veo pacientes cuya obesidad es
causada directamente por múltiples problemas de salud. Estos pacientes me ayudaron
a salir de la negación y a entrar a CCA, donde mi vida cambió
drásticamente para mejorar. Por hoy, al menos, no tengo problemas de salud y no los
veo en mi futuro.
— Anónimo